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¿SIRVEN LOS CEPILLOS DENTALES ELECTRICOS? (Descargar)
Sin duda alguna la odontología tuvo en los últimos 40 años un vuelco notable en lo que se 
refiere a tratamientos y resultados. Amen de que esto fue posible por un desarrollo 
tecnológico  que se aplicó a todas las ciencias de la salud, dos de las acciones más 
efectivas para obtener esos resultados fueron la fluorización de las aguas y la educación 
de los pacientes. Otras causas, como la exigencia estética de la sociedad actual, han sido 
factores motivantes y también contribuyeron a mejorar los resultados.

La educación de los pacientes se obtuvo a través de demostrarles:
1- el beneficio de las visitas programadas para  control, dándoles  profusa información 
sobre la existencia de la placa bacteriana y de su responsabilidad en la caries dental y 
enfermedades gingivales más comunes.
2- la  concientización de la necesidad de un cepillado eficaz como un modo de protección 
o defensa. Es cierto que no todos los pacientes poseen la misma habilidad para el exitoso 
uso del cepillo dental. Pero no es del todo cierto la novedad aparecida en el mercado de 
consumo de artículos para la salud, dada por una cantidad llamativa de distintas marcas 
comerciales de los llamados cepillos dentales eléctricos que dicen asegurar un mejor 
resultado.

La pregunta es si estos ¿son realmente mejores que los manuales? ¿Los reemplazarán 
definitivamente?
Las empresas fabricantes aportan bibliografía que evidencia que el cepillado dental 
“eléctrico” es mejor que el manual en los lugares de más difícil acceso.
Nuestra  respuesta es que les podemos adjudicar a los cepillos dentales eléctricos 
indicaciones precisas sin llegar a creer que deban hoy reemplazar a los manuales.

Las indicaciones estarán referidas a pacientes de alto riesgo.
Consideramos pacientes de alto riesgo respecto a su salud bucodental a los faltos 
de destreza o negligentes en sus hábitos de limpieza, olvidadizos o carentes de 
disciplina. También a los pacientes periodontales y a los portadores de trabajos 
protético-rehabilitadores extensos que en general son personas que durante años, 
antes del tratamiento, mantuvieron pobres hábitos de limpieza.

Las sensaciones creadas por el cepillado incluyen presión, hormigueo, masaje y dolor. 
Cualquier procedimiento que las mejore será altamente apreciado por los pacientes. 
Por ello se debe ser cauto en la elección y en el uso de un cepillo eléctrico. Debe ser 
liviano y estable al apoyarlo sobre los dientes, que no patine sin control sobre ellos, 
con un diseño tal que permita el control muscular fino del paciente.
Existen diferentes tipos de cabezas. Las hay rectangulares, iguales a los manuales, o 
las hay cilíndricas. Más grandes, más chicas. Cuellos más largos.
Todos funcionan hoy a batería pero aparte tienen una extensa lista de adicionales 
que marcarán su preferencia en el momento de compra, ej. un cronómetro automático 
para marcar el tiempo de cepillado combinado con la emisión de una señal sónica cada 
30 segundos.
Un modo inicial de una suave potencia que luego se va incrementando 
paulatinamente para que el paciente se acostumbre al procedimiento, baterías de 
larga duración, sensores de presión integrados que detienen la función si el paciente 
está aplicando demasiada fuerza, cerdas coloreadas que indican el desgaste de las mismas.
Quizás hasta la apariencia sea importante en el momento de decidir.
No todos son iguales, incluso algunos pueden ocasionar inconvenientes dada la falta 
de experiencia que tienen los pacientes.